
Nuestra historia de azúcar y horno
El primer “Álvaro” pastelero artesano se remonta a 1916 en un pequeño horno familiar en Ávila. La segunda y tercera generaciones detuvieron sus pasos en Benavente (Zamora).
La cuarta generación se ha formado en las mejores escuelas de pastelería consiguiendo fusionar el sabor artesano con la pasión renovadora en texturas y diseños.